Adopción de LUCKY

Uf, no es nada fácil plasmar en unas pocas líneas los sentimientos que he recuperado.
Un 25 de Agosto se fue "el neni". Se llamaba Trancos (aunque en casa le decíamos "neni") y era el cruce de mastín y labrador más bonito que podáis imaginar. Aunque el agujero que me dejó no se llenará nunca, Peluso (antes Lucky) me ha hecho recuperar todos esos sentimientos que había enterrado.
Ahora ya puedo volver a ver fotos de perros, aunque si se parecen a Trancos no puedo mirarlas durante mucho tiempo sin echarme a llorar.
Peluso es un soplo de aire fresco. Es alegría, cariño, juego, risas, mimos, ternura,...
Nunca habíamos tenido gato y no sabíamos cómo nos adaptaríamos.

Pelu (casi siempre le llamamos así) nos lo ha puesto muy fácil desde el principio. Tengo amigos con gatos y no se creen lo bueno y cariñoso que es.
Para mis hijos, además de todo lo que he comentado antes, ha supuesto responsabilidad. Saben que Pelu es un ser vivo con sus sentimientos, gustos y costumbres. Aunque jueguen con él saben que no es un juguete; es su compañero de juegos, su amigo, uno más de la familia. Le respetan, le cuidan, le valoran, le quieren. Todas las noches le cubren de besos antes de irse a la cama.
Aunque se supone que las tareas diarias (limpiar arenero, reponer comida y agua) serían cosa mía, mis hijos se pelean entre ellos por hacerlas.
Podría contaros muchas anécdotas sobre Pelu pero creo que con una lo resumo todo. El otro día mi hijo mayor de 8 años me hizo una pregunta que sólo pude contestar con una sonrisa: "papi, ¿por qué Pelu es tan guapo?"

Gracias por completar tantas familias.