Adopción de KEKO

Tuvimos a Keko en acogida porque necesitaba medicarse y estar aislado de otros gatos. Lo mantuvimos en una habitación aparte, separado de nuestras dos gatitas. Durante las dos semanas que duró el tratamiento, estuvo escondido y rehuyendo todo contacto.

Una vez sano y mientras esperaba adopción, dejamos la puerta abierta para ver si conseguíamos que socializara con nuestras gatas. Poco a poco, fue dejando atrás su miedo y timidez: jugaba con la más pequeña, utilizaba los rascadores, se acercaba a nosotros cuando le poníamos comida… Fue tan grande el cambio que, llegado el momento de su adopción, no pudimos dejarle marchar y lo adoptamos nosotros.

Hoy, Keko es uno más de la familia y dista mucho de aquel gatito miedoso que se pasaba el día escondido. Nos sentimos orgullosos de la decisión que tomamos, sobretodo cuando despertamos y lo vemos en nuestra cama buscando que le rasquemos.