MÉTODO CES

21-06-2011

Las colonias felinas forman parte de nuestra Comunidad y comparten con nosotros nuestros lugares de residencia y trabajo por lo que la problemática de los gatos callejeros está cada vez más extendida en cada una de nuestras ciudades de manera que no podemos permanecer impasibles ante esta situación.

Desde Vydanimal trabajamos para la gestión responsable de las colonias callejeras, gestión que supone la alimentación, esterilización (método TNR) y un control sanitario de las mismas.

En esta sección queremos ofrecer información sobre las colonias felinas así como pautas para la gestión de colonias y un protocolo de actuación adecuado para lograr una convivencia respetuosa entre todos, felinos y humanos.

Por supuesto, la gestión de los gatos de la calle no es algo que hayamos inventado nosotros y estamos bastante lejos de lo que se lleva haciendo en otros países, por lo que podéis completar toda la información en sus fuentes originales a través de los siguientes enlaces:

Alley Cats Allies - http://www.alleycat.org

Neighborhood Cats - http://www.neighborhoodcats.org


A nivel nacional, son muchas las asociaciones y protectoras que también trabajan día a día a favor de la defensa de los gatos callejeros y de su hábitat natural: la calle.

Progat – http://www.progat.cat

Funcat – http://www.funcatweb.com

Veterinarios para la protección animal – http://www.vetpa.es

 

 


I. Los gatos de la calle: ¿de dónde salen?.

En primer lugar tenemos que diferenciar entre los gatos callejeros y los gatos asilvestrados.

Un gato callejero es un gato doméstico que se ha perdido o ha sido abandonado en la calle. Estos gatos, puesto que han sido animales de compañía, tienen unas posibilidades de socialización y, por tanto, de adopción, muy altas.

Un gato asilvestrado no es un “gato domesticable”. Pueden ser gatos domésticos en su origen, perdidos o abandonados, que se han adaptado a sobrevivir en libertad, o bien, gatos nacidos de una madre asilvestrada, sin contacto humano. Son gatos libres, prácticamente en estado salvaje, que viven formando colonias, su unidad social, cerca de una fuente de alimentación y protección. Estos gatos RARAMENTE pueden convertirse en domésticos a pesar de todos nuestros esfuerzos y buenas intenciones y NO soportarán fácilmente la cautividad entre cuatro paredes.

Podemos diferenciarlos por su aspecto y por su comportamiento. El gato callejero probablemente se nos acercará, aunque quizás no se deje tocar, comerá rápidamente la comida que le pongamos y hasta vocalizará para pedirla. Podremos verlo a cualquier hora del día y, si no está acostumbrado a la vida en la calle, tendrá un aspecto desaliñado. Sin embargo, el gato asilvestrado es muy cuidadoso, no se acercará a los desconocidos y, generalmente, sólo se podrá ver por la noche, a no ser que esté muy hambriento. Si le ponemos comida, normalmente, esperará hasta que nos vayamos para acercarse. Como está acostumbrado a la vida en la calle probablemente estará bien acicalado.

El vagabundeo no es lo mismo que el estado asilvestrado. Es un malentendido bastante frecuente entre los cuidadores o la población en general creer que los gatos que merodean en libertad son gatos asilvestrados. De hecho, podemos encontrar todos los extremos, desde gatos domésticos que salen fuera de su casa y luego regresan hasta gatos verdaderamente asilvestrados que viven independientes de los humanos.

Si permitimos que nuestro gato salga a la calle sería conveniente que llevara un collar, elástico para evitar que se enganche y se haga daño, con nuestros datos para poder localizarnos en caso de que el gato se extravíe. Además, debemos ser conscientes de los peligros a los que pueden estar expuestos en el exterior: atropellos, perros, peleas con otros gatos, contagio de enfermedades, productos tóxicos, quedarse encerrados, y todas las atrocidades a las que los “enemigos de los gatos” pueden someterlos.

Hay que recordar que es obligatorio identificar a nuestros animales de compañía mediante un chip que les coloca el veterinario. Lamentablemente, no todo el mundo identifica a sus animales por lo que no es posible identificarlos en caso de pérdida o simplemente los abandona cuando se cansa de ellos.

Cuando nos encontremos un gato en la calle, en primer lugar, lo que tenemos que averiguar es si se trata de un gato callejero o un gato asilvestrado, fijándonos en las características de cada uno y, para ello, podemos establecer una rutina de alimentación para observarlos durante unos días. Muchos de los gatos callejeros (que no asilvestrados) son, probablemente gatos perdidos, por lo que hay que tratar de localizar a sus dueños, preguntando a los vecinos, poniendo carteles e, incluso, encontrándole un hogar de acogida.

Hay que ser muy cauto a la hora de solicitar la colaboración de un refugio ya que primero tenemos que conocer cómo funciona y si sacrifican o no a los animales.

En cambio, si se trata de un gato asilvestrado el que hemos visto y queremos colaborar o iniciar la gestión de esa colonia, continúa leyendo…

 

II. LA COLONIA FELINA.

A la hora de trabajar con las colonias urbanas puede que tengamos que replantearnos algunos conceptos y consideraciones al respecto, la verdadera casa del gato asilvestrado es LA CALLE, el lugar donde ha nacido y con el que ha desarrollado unos fuertes vínculos, al igual que con el resto de los miembros de su colonia.

A veces podemos dejarnos llevar por el sentimentalismo y pensar que es posible rescatar a todos los gatos de la calle y encontrarles un hogar, seamos claros, no hay hogares para todos, además, la cautividad puede dañar la salud física y mental del gato.

Por otra parte, no todos los gatos que vemos por las calles pueden ser sociabilizados. Si un gato es realmente salvaje, la opción más humana es permitir que siga viviendo al aire libre, con riesgos, sí, pero será una vida plena y lo más cercana a su auténtica naturaleza.
En su instinto de supervivencia está el desconfiar de nosotros y el temor (cuando no terror) de verse confinados. De ahí que un elemento clave para su seguridad es su pericia para huir en cuanto se encuentran en peligro. Por eso, en los casos de gatos “demasiado” mansos o sociables, muchas veces es necesario retirarlos de la calle puesto que al no recelar de nosotros se convierten en el objetivo de muchos desalmados.
El bienestar de una colonia, generalmente, se ve amenazado por las consecuencias de sus conductas de apareamiento, exceso de nacimientos o camadas enfermas, y únicamente con la gestión (esterilización) de la misma podemos cambiar esta situación, además de facilitar la convivencia con sus vecinos humanos.

Si queremos ayudar a los gatos de la calle debemos velar por ellos a distancia y ayudándolos solamente en sus verdaderas necesidades: esterilizándolos, protegiéndolos de la enfermedad, respetando sus refugios y educando a nuestros vecinos.

III. TNR: ATRAPAR-ESTERILIZAR-DEVOLVER.


Es la solución más efectiva y más humana a la hora de enfrentarnos a la problemática de las colonias callejeras, frente a otras alternativas fracasadas como “atrapar-rescatar-adoptar” o la impensable “atrapar eliminar”.
2-Atrapar-Rescatar-Adoptar:
Suele ser la práctica más habitual entre protectoras de gatos y asociaciones que se ocupan de los gatos de la calle, pero no es una solución práctica para el problema.

Las colonias no son islas, viven rodeadas de múltiples colonias callejeras dispuestas a ocupar nuevos territorios y comenzar de nuevo el vertiginoso ciclo de reproducción sin fin, por lo que si sacamos a todos los gatos de una zona, rápidamente nos veremos en el mismo problema. Esto es lo que se conoce como “Efecto-vacío”.

Por otra parte, ya hemos dicho que no existen hogares suficientes para todos los gatos que nacen, y no todos ellos se adaptarían a la vida en cautividad entre cuatro paredes.

Atrapar-Eliminar:
No es una opción viable ni humanitaria. El coste económico que supone eliminar a los gatos podría utilizarse en su esterilización y control. Además, al despejar un territorio de gatos, nos volvemos a encontrar con el problema del “Efecto-vacío”.

Atrapar-Reubicar:
Consiste en sacar de su hábitat a los gatos y llevarlos a otro espacio que se considera más seguro. Es una operación muy difícil, desaconsejada por los expertos, porque los gatos al encontrarse en un hábitat que no conocen, intentan volver al antiguo y en el camino se pierden, son atropellados, etc. Solamente se puede hacer en casos extremos siguiendo unas pautas muy concretas, y un período de confinamiento de 15 días en el lugar donde se les quiere asentar. (Alley Cat Allies tiene escrito un buen artículo sobre el tema)

El TNR consiste en ATRAPAR humanitariamente a todos los animales de una colonia; ESTERILIZAR y marcarlos con un cortecito en la punta de la oreja; DEVOLVER a su zona, realizando un seguimiento y control sanitario. También hay que hacer un mantenimiento de la colonia, esterilizando inmediatamente a los nuevos miembros que se incorporen a ella, así como retirando y poniendo en adopción a las crías que no pueda evitarse que nazcan, cuando ya son destetadas por su madre (sobre dos meses).

Los beneficios de este método son innegables, además de ser la opción más humanitaria, evitamos la superpoblación de las colonias y las camadas malogradas, evitamos los conflictos producidos por el celo (maullidos, peleas, marcajes con orina,… ) y tenemos una colonia controlada sanitariamente que actúa como control natural de plagas.

 

IV. ALIMENTACIÓN DE LA COLONIA.

La gestión de las colonias, además de su esterilización, implica un seguimiento de las mismas y, en la mayoría de los casos, también nos vemos implicados en la alimentación diaria de la colonia, por lo que vemos necesario dar unas pequeñas pautas.

Lo más saludable para los gatos es el pienso seco, dura varios días sin deteriorarse, lo que nos permite alimentar varias veces por semana en vez de todos los días. Además, la comida casera puede contener alimentos que no son adecuados, como el caso de la cebolla que es tóxica para los gatos, o pequeños huesecillos que lleven a una obstrucción intestinal.
Debemos de cuidar el orden y la limpieza en todo momento, a nadie le gusta encontrarse restos de comida o papeles de aluminio desperdigados por la calle, por lo que tenemos que actuar en ocasiones como una “cuadrilla de limpieza”.
Lo más aconsejable es alimentar a horas en las que no haya mucho tránsito y en lugares lo más apartados posible, para no llamar la atención sobre los gatos ni alentar abandonos.

Por supuesto, debemos colocar algún recipiente con agua fresca junto con la comida.

Es muy importante conocer las relaciones de la colonia entre sus miembros, lo que se consigue dedicando tiempo a observarlos a distancia (saber si rechazan a alguno, si todos comen, si alguno tiene dificultades para comer pienso por problemas de boca, enfermedades invalidantes, etc.)

Como resumen, insistimos en que ALIMENTAR UNA COLONIA SIN ESTERILIZARLA, NO SOLO NO RESUELVE EL PROBLEMA DE LA SUPERPOBLACIÓN, SINO QUE LO AGRAVA (ya que cuando hay una abundancia de recursos y no se esteriliza, las camadas son más numerosas y más viables).

Para dar el paso que supone pasar de la alimentación a la esterilización de una colonia y su gestión responsable, hay que seguir una serie de pautas muy precisas, formarse y organizar la estrategia de actuación con tiempo, para evitar sorpresas y problemas paralizantes que impidan seguir con el proyecto.

 

Enlace Curso de TNR en Español de Neighborhoodcats.org, muy útil y claro:

http://www.neighborhoodcats.org/uploads/File/howto/TNRmini-courseSPANISH.pdf